“Motivos para no enamorarse”: El paradigma de las relaciones descartablesVivimos en el siglo del consumo masivo de cosas. Cosas que se compran, se usan, se consumen, se tiran, se descartan. Pasan y no se quedan, transcurren en nuestras vidas rápidamente, fugazmente y así como entran enseguida desaparecen. La era de lo Light, la falta de interés de conocer a la otra persona, el miedo a perder la libertad individual, lleva al “hombre” a pensar e inventar motivos para no engancharse, para no enamorarse, para no jugarse por lo que siente, para evitar no perder, para no sentir cualquier pérdida posible “soldado que huye sirve para otra batalla…” (Yo lo resumo en cobardía)Esto esta tan radicado en la sociedad que si uno observa el mensaje de las campañas de publicidad donde los productos son vendidos con una idea ya incorporada de egoísmo, de no darle nada al otro, de no compartir con nadie lo que uno consume… ¿Lo observaron?Porque hago mención a esto, simple porque el modelo de consumo que nos proponen e implementan de las cosas se traslada al modo en que luego nos relacionamos con el otro; “lo consumo y consumido, luego lo descarto” suena terrible pero es algo tan cotidiano.Por supuesto no hay que generalizar porque somos muchos los que no podemos, ni queremos adaptarnos a esta manera de vivir y sentir. Tenemos miedo cuando percibimos que venden los objetos como sujetos amorosos, como objetos animados, y a los afectos se los desecha… a tal punto que si existe “un sentimiento” se enciende la alarma de ¡!!peligro!!! Estoy cansada de oír, ver o ser participe de “Historias de nunca empezar para terminar” de relaciones que no perduran, de ¿hombres? mejor diría sujetos que no se juegan por uno. Donde se establecen vínculos en los que cada uno vive en su mundo, donde ni se escuchan, donde cada cual vive en su burbuja de narcisismo. Además tenemos “la gran tentación del siglo el goce sexual a tal punto que desplaza lo afectivo”. Basta con observar y escuchar con detenimiento las voces del mundo en que vivimos para advertir que hay un gran malestar amoroso en el aire. Este fenómeno se evidencia tanto en los hombres y mujeres adultos. Estas personas se pueden hasta calificar: Los hombres y mujeres maduros que se sienten insatisfechos con sus vínculos afectivos. Los que creen que la verdadera felicidad está en otros matrimonios, no en el propio, los solteros o divorciados que tienen la certeza de que si encontraran su alma gemela o al menos melliza, solucionarían los problemas de su vida. Y no hay que olvidarse de los que huyen de la soledad a costa de cualquier compañía o los que escapan de los contactos afectivos como de la cárcel. También están los que viven su soltería como una penitencia o caso contario su pareja como una condena.Y por últimos el resto “nosotros/as” sin saber que hacer.Como dice el viejo paradigma…”que todos somos la mitad de una naranja en busca de su otra mitad, el alma gemela de otra alma con la que nos vamos a unir. ..”El problema si lo pensamos podría estar en los relatos con finales felices: con esa frase “Y fueron felices y comieron perdices”… ahora nunca informaron, alertaron o dijeron algo dichos escritos de ¿qué ocurre cuando hay escasez de perdices?… ¿Quién es el encargado de conseguirlas? ¿Dónde conseguirla? Y por último como carajo hay que cocinarlas (si en escabeche o a la cacerola, por ejemplo) tampoco dice que hacer si uno de los enamorados se harta de comer siempre lo mismo mientras el otro es un adicto irrecuperable a las perdices.Muchas dudas dejan estos relatos.
Es decir, ni los relatos trágicos, ni los cuentos de hadas instruyen sobre el amor real, sobre la convivencia cotidiana, sobre los alcances posibles de la relación, sobre qué hacer con las diferencias y con el obstáculo.
En conclusión no nos impulsan a sostener una relación afectiva. Solamente proponen el destino como el gran opositor, o la magia como la gran facilitadora amorosa. .. “Déjense de joder” Cuando la creencia en la magia del amor se combina con una cultura en la cual lo efímero desplaza a lo permanente, el resultado es lo que esta sucediendo hoy con aparición del zapping afectivo.
Esto es, salir de la relación en que se está para buscar un vínculo satisfactorio hecho a medida. Y, si no, vuelta a empezar, vuelta a buscar. Y colorín colorado este cuento que nunca ha empezado ya ha terminado.
Nunca sabremos si fueron felices y comieron perdices porque nos falto tiempo, entrega y amor para ver hasta donde se podía llegar en la relación.
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